El peso del sector agrícola en economías como la española o la de muchos países de Iberoamérica lleva a una creciente preocupación por la protección legal de la investigación e innovación en este terreno. En este contexto, la protección de obtenciones vegetales garantiza y reconoce el desarrollo de nuevas variedades vegetales, asegurando también el reconocimiento de los derechos de los obtentores.
Hay ámbitos en los que existe una alta demanda de nuevas variedades. Es el caso, por ejemplo, de los cítricos. En España, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) estimó, a fecha de 31 de agosto, para la campaña 2020/2021, una producción de cítricos de 7.045 millones de toneladas. Esto es un 12,6% por encima de la campaña de 2019/2020 y un 6,2% superior a la media de las cinco campañas precedentes, situándose como la cuarta cosecha más alta. A la vista de que en el sector de los cítricos existe una gran demanda de nuevas variedades que, por sus características diferenciales (cantidad de jugo, escasez de semillas, calidad del fruto, etc.), suponen un importante reclamo para el público consumidor –nos atreveríamos a decir que mayor al de las variedades tradicionales–, cada vez son más las solicitudes de protección legal sobre obtenciones vegetales que se presentan.
¿El motivo? Muy sencillo: mediante la protección de nuevas variedades vegetales, no solo se contribuye a fomentar la investigación e innovación en el proceso de fitomejoramiento, sino que los obtentores protegen la rentabilidad de sus inversiones económicas.
Según las estadísticas sobre protección de las obtenciones vegetales publicadas por la Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales (UPOV) para los años 2015-2019, nada menos que 302.301 títulos de protección fueron concedidos por los miembros de la UPOV en dicho periodo.
Este creciente interés por la protección de las variedades vegetales y el continuo crecimiento en términos económicos y estratégicos de esta industria, se ponen de manifiesto con la buena acogida a seminarios como el celebrado por Garrigues el pasado 28 de septiembre para analizar esta particular rama del ordenamiento jurídico desde la perspectiva de la Unión Europea y de Iberoamérica.
Este workshop fue inaugurado por Pedro Tent Alonso, socio del Departamento de Litigación y Arbitraje y responsable del Departamento de Propiedad Industrial e Intelectual de Garrigues en el área de Levante, quien ofreció un interesante análisis jurisprudencial a nivel europeo sobre cuestiones tan significativas como el alcance del derecho de obtentor, la “extinción” de este derecho por agotamiento y la figura del privilegio del agricultor.
En particular, durante el evento, se puso de manifiesto la relevancia de casos como el sonado asunto “Nadorcott”, en el que Garrigues ha intervenido en defensa del derecho de obtentor y en el que se analizaba la extensión y los límites de este derecho. Recordemos que a la persona que crea o descubre y desarrolla una variedad –siempre y cuando sea nueva, distinta, homogénea y estable–, se le concede un título de obtención vegetal, en virtud del cual puede llevar a cabo y prohibir a terceros no autorizados la ejecución de determinadas actuaciones respecto del material de reproducción de la variedad (y, en ocasiones, también respecto del material cosechado).
En cuanto al “privilegio del agricultor” –excepción trascendental frente a las facultades conferidas al titular de una obtención vegetal– y la figura del agotamiento, Pedro Tent tuvo ocasión de profundizar sobre los distintos pronunciamientos judiciales emitidos por parte del Tribunal de Justicia de la Unión Europea relativos a las condiciones para su aplicabilidad. Entre otros, se hizo mención especial al caso Shulin (C-305/00), caso Jäger (C-182/01), caso Brangewitz (C-336/02), caso Geistbeck (C- 509/10), caso Vogel (C-242/14), caso Deppe (C-7/05 a 9/05) y caso Kanzi (C-140/10), para cuyo estudio y análisis se hace necesaria una segunda entrega de este post, por la gran cantidad de complejos matices que incluyen.
Por parte de una de las mayores especialistas de la judicatura española, procedente de la Sección 9ª de la Audiencia Provincial de Valencia, se puso de relieve la gran cantidad de pronunciamientos judiciales a los que se han enfrentado los tribunales españoles en relación con esta inusual materia. Cabe destacar, asimismo, la intervención en el seminario de tres reputados profesionales en el sector de las obtenciones vegetales en una mesa coloquio, en la que expusieron sus experiencias profesionales y destacaron posibles áreas de mejora en este sector.
De la mano de Francesco Mattina, vicepresidente de la Oficina Comunitaria de Variedades Vegetales (OCVV), se hizo hincapié en la importancia de exponer las fórmulas más adecuadas para la protección de variedades vegetales en la Unión Europea y, finalmente, desde Iberoamérica, diversos ponentes representantes de oficinas regulatorias de la región pusieron fin a la jornada explicando los continuos avances de esta compleja industria al otro lado del Atlántico.
Como vemos, esta disciplina legal suscita una general repercusión, tanto social como económica, que traspasa fronteras y que es de suma importancia para todos aquellos que participan y se benefician de la cadena de producción agrícola, razón por la cual desde Garrigues continuaremos ofreciendo los últimos pronunciamientos judiciales que se dicten a este respecto.
Gina Navarro
Departamento de Propiedad Intelectual e Industrial de Garrigues