La protección de la propiedad intelectual e industrial de los personajes de ficción es crucial, dado el significativo valor económico y cultural que pueden llegar a condensar. Un ejemplo de ello es lo sucedido con la marca «Pierre Cadault» que monopoliza el nombre del protagonista de Emily in Paris y fue impugnada por ser registrada de mala fe.
La Resolución de Nulidad n.º C 64 100 de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea («EUIPO” es un ejemplo de cómo las marcas pueden ser objeto de litigio por su registro de mala fe. En este caso, la marca impugnada “Pierre Cadault” reproducía el nombre del personaje de ficción de la serie Emily in Paris (producida por Viacom y distribuida por Netflix), y había sido registrada por un tercero que no guardaba relación alguna con la serie o sus productores. Este artículo aborda los principales puntos de la resolución y las razones que llevaron a la nulidad de la marca.
- Antecedentes del caso: La serie Emily in Paris y el personaje Pierre Cadault
La serie Emily in Paris ha sido un éxito global: se estrenó en Europa el 2 de octubre de 2020 y fue renovada por Netflix para una segunda temporada en noviembre de 2020 y para una tercera y cuarta en enero de 2022. Uno de sus protagonistas es Pierre Cadault, un reputado diseñador de moda en el mundo de la alta costura que se ha convertido en uno de los iconos de la serie.
Aprovechando el tirón de la serie, un tercero solicitó el registro de una marca con el nombre del personaje el 31 de marzo de 2023, transcurridos más de dos años de su estreno.
Viacom, la productora de Emily in Paris, denunció el registro y solicitó la nulidad de la marca por mala fe, alegando que, desde el estreno, el personaje era ampliamente conocido en toda la Unión Europea por su vinculación a la serie.
- Principales argumentos
Viacom argumentaba que la marca impugnada era idéntica al nombre del personaje Pierre Cadault y pretendía por ello aprovecharse deslealmente de su reputación.
Viacom aportó una gran cantidad de pruebas para demostrar la notoriedad de la serie y acreditar que el personaje era conocido antes de la fecha de registro de la marca impugnada por su vinculación con la serie. Para ello se basó en datos de audiencia, publicaciones en redes sociales, menciones en revistas y programas de televisión, entre otros.
La marca registrada abarcaba productos relacionados con la moda, tales como cosméticos, gafas de sol, joyería, productos de cuero y prendas de vestir, artículos todos ellos comunes en el merchandising de series populares como Emily in Paris. Viacom alegó que los productos eran utilizados en el mercado del merchandising para jóvenes: el público objetivo de la serie.
El riesgo era que el público asumiera erróneamente que los productos comercializados bajo la marca “Pierre Cadault” provenían de Viacom.
- Mala fe en la solicitud de registro
El concepto de mala fe es crucial en este caso. La jurisprudencia europea establece que la presentación de una solicitud de marca puede considerarse de mala fe si el solicitante tenía la intención de bloquear a un competidor o beneficiarse indebidamente de la reputación de un tercero. Para determinar la mala fe en la presentación de una marca, no solo es necesario que el titular supiera que el nombre ya estaba en uso, sino que deben analizarse sus intenciones. En este caso, la titular no presentó observaciones que justificaran una intención legítima para registrar el nombre “Pierre Cadault”, lo que refuerza la idea de que la solicitud fue realizada de mala fe.
El hecho de que los signos fueran idénticos —el nombre “Pierre Cadault”—, y que los productos comercializados bajo la marca estuvieran relacionados con la moda, fue suficiente para que la División de Anulación de la EUIPO concluyera que el titular de la marca debía haber conocido la existencia del personaje ficticio y que, al presentar la solicitud de registro, actuó de manera desleal, buscando beneficiarse de la notoriedad del personaje y de la serie.
La División de Anulación de la EUIPO citó el célebre precedente de Tony Montana, en el que había concluido ya que el titular de una marca que reprodujera el nombre de un personaje famoso actuaba de mala fe si su intención no era utilizar la marca de manera legítima, sino más bien bloquear a otros o aprovecharse de la fama del nombre en cuestión. De igual manera, la solicitud de registro de la marca “Pierre Cadault” fue considerada un intento desleal de apropiarse del personaje ficticio.
- Impacto y conclusiones del caso
La Resolución de Nulidad n.º C 64 100 es un claro ejemplo de cómo una marca puede ser impugnada cuando se prueba que el solicitante actuó de mala fe, tratando de beneficiarse de la notoriedad de un personaje ficticio en una serie de televisión de gran popularidad. Estas prácticas, que buscan aprovecharse o generar confusión entre los consumidores, están prohibidas por la legislación europea, especialmente cuando se refieren a personajes conocidos o productos con una presencia establecida en el mercado.
Este caso también destaca la importancia de la protección de la propiedad intelectual e industrial en el ámbito de las series de televisión y otros productos de entretenimiento, donde los personajes ficticios y los elementos creativos tienen un valor económico significativo, especialmente en el mundo del merchandising. Las empresas deben estar atentas a estos intentos de apropiación indebida y defender sus derechos para proteger sus marcas y productos.
En conclusión, la nulidad de la marca «Pierre Cadault» destaca la importancia de que el registro de una marca se realice de manera legítima. Las solicitudes que intenten aprovecharse de la reputación de terceros sin su consentimiento pueden ser anuladas por mala fe. Proteger los derechos de autor y las marcas en el ámbito de la ficción es crucial para asegurar un mercado justo y competitivo, en el que las creaciones artísticas y comerciales puedan desarrollarse sin riesgo de ser explotadas de forma indebida.